Te aprecio mucho, pero…

Te aprecio mucho, pero…
no me reenví­es más emails, por favor.

Y te voy a aclarar el porqué:

No quiero que te ofendas por esto, pues me caes muy bien, eres una persona fantástica y quiero seguir siendo tu amigo. Además, me alegra recibir correos personales tuyos (no reenviados) y que me cuentes de tu vida y demás. Pero hay ciertas cosas que deberías saber antes de reenviar ese correo gracioso, esa alerta de virus, esa falsa petición de ayuda para un niño enfermo o ese “no rompas la cadena”.

Continúa en www.teapreciomucho.com.

Fuente: meneame.net.